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sábado, 23 de novembro de 2013

Ahí estamos!


Ahí estamos!
Pueden los Carmelitas Descalzos no estar donde está toda la gente: los niños y los jóvenes, los inquietos y los indiferentes, los amigos fuertes de Dios y los buscadores, los adversarios y todos los amigos nuestros? Podemos no estar en la Rede? Podemos no estar donde lo que no es visto nadie le conoce, y se no se le conoce es porque no existe? Si, corremos el riesgo muy serio de no existir, porque, saludablemente, seguimos preferiendo lo real quando las gentes nos buscan en lo virtual y en las hojas fragiles que una vez leídas vuelan y se alejan y se deshacen de la memoria.
Del 21 al 27 de Septiembre se realizó en la Universidad de La Mística, el Cites, en Ávila, el I Congreso sobre la información en nuestra Orden. Y allí se nos recordó com mucho acierto que también el Carmelo ha de estar muy vivo donde empieza a ser más comun que nos busquen: las redes sociales.
Si es verdad que la gente nos busca; si es verdad que todos, también los Carmelitas, queremos ser buscados, debemos com ahinco cuidar de aprimorar la calidad de nuestra presencia y de nuestra imagen allá mismo, donde primero nos buscan. No hacerlo significaria despreciar la sede de los buscadores.
Los participantes – frailes carmelitas y algunos laicos – veníamos de cerca de 40 países buscando aprender como mejorar la información (y comunicación) hacia dentro e hacia fuera de la Orden. En especial buscando mejorar la manera de presentar el projimo e magno evento de la celebración del V centenario del nacimiento de Teresa de Jesús, madre nuestra.
A lo largo de estos dias las charlas fueran profundas y visaron lo esencial. Así, para lograr la eficacia de la notícia es mui importante que se la trasmita con simplicidad, sencillez e sobriedad. Com meridiana llaneza nos lo dijeron los expertos de la comunicación: a la sencillez y a la objetividad nada gana en la elaboración de la noticia, a sabiendas que es mejor no decir que decir mal, y que es sempre difícil decidir lo que debemos escribir u noticiar.
Cierto es que vivimos tiempos de miedo a la prensa. Miedo, o mejor dicho: horror a la imagen distorcionada en que suelen sacar a la Iglesia en las primeras paginas. Nos hemos acostumbrado a tener por cierto que siempre sacan lo negro de los escandalos, sean cuales sean. Debemos mantener esa fobia? Creemos, nos lo dijeran los profesores, que es necesario hacer indistintamente de todos los medios de comunicacion aliados nuestros y de nuestra misión. Es cierto que suelen ser muy ajenos a lo nuestro, pero también es cierto que muchísimas vezes lo son por desconocimento y por falta de invitación nuestra a camiñar juntos un trozo de nuestro camino.
Es verdad – Y verdad de veras! – que si somos guardianes de un gran tesoro, él tanto más crece quanto más se difunde! Podremos ocultarlo y reservarlo sólo para nosotros? Osaremos callar la Palavra que da vida? Despreciaremos los medios, más sencillos o más eficaces, que puedan amplificar la Buena Nueva que resuena en el silencio de nuestros claustros?
Suele decirse que la Iglésia es experta en humanidad. Y algo inhabil en comunicar en lo virtual la Palavra salvadora. Mas allá de las fronteras de nuestra tribu – los muy pocos que entran en nuestras iglésias – viven y crecen los sedientos de buenas nuevas. Como iremos llenar su sed del agua viva que les puede saciar? – Esta pregunta por ahora pervive sin suficiente respuesta.
Todo ser humano es comunicación y encuentro. Todo cristiano es invitado a salir dando testimonio de su fe incarnada en el mundo. Los Carmelitas somos hombres y mujeres portadores de memoria. Ayer, en los momentos mas récios e ingentes, la Iglésia, como buena madre, supo llegar al corazon de sus hijos y acalentar sus esperanzas. En este momento de la historia que nos toca vivir hemos de reaprender a decir, o sea, a transmitir, por todo los medios a nuestra mano, la suave novedad de la única Palavra que serena y calma y salva.

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