Ahí estamos!
Pueden
los Carmelitas Descalzos no estar donde está toda la gente: los niños y los jóvenes,
los inquietos y los indiferentes, los amigos fuertes de Dios y los buscadores, los
adversarios y todos los amigos nuestros? Podemos no estar en la Rede? Podemos
no estar donde lo que no es visto nadie le conoce, y se no se le conoce es
porque no existe? Si, corremos el riesgo muy serio de no existir, porque,
saludablemente, seguimos preferiendo lo real quando las gentes nos buscan en lo
virtual y en las hojas fragiles que una vez leídas vuelan y se alejan y se
deshacen de la memoria.
Del
21 al 27 de Septiembre se realizó en la Universidad de La Mística, el Cites, en
Ávila, el I Congreso sobre la información en nuestra Orden. Y allí se nos
recordó com mucho acierto que también el Carmelo ha de estar muy vivo donde
empieza a ser más comun que nos busquen: las redes sociales.
Si
es verdad que la gente nos busca; si es verdad que todos, también los
Carmelitas, queremos ser buscados, debemos com ahinco cuidar de aprimorar la
calidad de nuestra presencia y de nuestra imagen allá mismo, donde primero nos
buscan. No hacerlo significaria despreciar la sede de los buscadores.
Los
participantes – frailes carmelitas y algunos laicos – veníamos de cerca de 40
países buscando aprender como mejorar la información (y comunicación) hacia
dentro e hacia fuera de la Orden. En especial buscando mejorar la manera de
presentar el projimo e magno evento de la celebración del V centenario del
nacimiento de Teresa de Jesús, madre nuestra.
A
lo largo de estos dias las charlas fueran profundas y visaron lo esencial. Así,
para lograr la eficacia de la notícia es mui importante que se la trasmita con
simplicidad, sencillez e sobriedad. Com meridiana llaneza nos lo dijeron los expertos
de la comunicación: a la sencillez y a la objetividad nada gana en la elaboración
de la noticia, a sabiendas que es mejor no decir que decir mal, y que es sempre
difícil decidir lo que debemos escribir u noticiar.
Cierto
es que vivimos tiempos de miedo a la prensa. Miedo, o mejor dicho: horror a la
imagen distorcionada en que suelen sacar a la Iglesia en las primeras paginas. Nos
hemos acostumbrado a tener por cierto que siempre sacan lo negro de los escandalos,
sean cuales sean. Debemos mantener esa fobia? Creemos, nos lo dijeran los
profesores, que es necesario hacer indistintamente de todos los medios de
comunicacion aliados nuestros y de nuestra misión. Es cierto que suelen ser muy
ajenos a lo nuestro, pero también es cierto que muchísimas vezes lo son por
desconocimento y por falta de invitación nuestra a camiñar juntos un trozo de
nuestro camino.
Es
verdad – Y verdad de veras! – que si somos guardianes de un gran tesoro, él tanto
más crece quanto más se difunde! Podremos ocultarlo y reservarlo sólo para
nosotros? Osaremos callar la Palavra que da vida? Despreciaremos los medios, más
sencillos o más eficaces, que puedan amplificar la Buena Nueva que resuena en
el silencio de nuestros claustros?
Suele
decirse que la Iglésia es experta en humanidad. Y algo inhabil en comunicar en
lo virtual la Palavra salvadora. Mas allá de las fronteras de nuestra tribu –
los muy pocos que entran en nuestras iglésias – viven y crecen los sedientos de
buenas nuevas. Como iremos llenar su sed del agua viva que les puede saciar? – Esta
pregunta por ahora pervive sin suficiente respuesta.
Todo
ser humano es comunicación y encuentro. Todo cristiano es invitado a salir
dando testimonio de su fe incarnada en el mundo. Los Carmelitas somos hombres y
mujeres portadores de memoria. Ayer, en los momentos mas récios e ingentes, la
Iglésia, como buena madre, supo llegar al corazon de sus hijos y acalentar sus
esperanzas. En este momento de la historia que nos toca vivir hemos de reaprender
a decir, o sea, a transmitir, por todo los medios a nuestra mano, la suave
novedad de la única Palavra que serena y calma y salva.
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